@cebacosunrise una aventura que hay que vivir



La aventura comienza con un recorrido por tierra para llegar a Río Negro, playa Reina Mariato a 222 kilómetros de ciudad de Panamá, para embarcarnos a la isla Cebaco que nos recibe con buena pesca y buena mar. En la noche disfrutamos un espectáculo sideral, enmarcado en el horizonte de la luna nueva, donde se une el cielo con el mar. 



A la mañana siguiente nos levantamos temprano para disfrutar del amanecer y alistarnos para la faena de pesca, vamos a una zona que llaman el sombrero por que hay una piedra con forma de sombrero, nos acompañan Jairo y Bernardo (padre e hijo) dueños y anfitriones de Cebaco Sunrise, son personajes maravillosos que además de ser muy divertidos, saben mucho de pesca, cocina y navegación. Qué más le puede uno pedir a la vida.


Las aguas cristalinas del mar revelan el fondo, las aves y el paisaje son apacibles, aunque la brisa y el sol resultan agotadores para un animal de tierra fría criado en cautiverio como yo, duramos siete horas en el agua, pero mi amado pescador y nuestros anfitriones parecen estar en su hábitat natural.

El mar fue muy generoso con nosotros la pesca del día: doce piques de Bonitos (Euthynnus lineatus), también conocidos como Guanco o Atún Patiseca, ocho de buen tamaño y cuatro para liberación, cuatro Sierras (Scomberomorus sierra), dos Atún aleta amarilla (Thunnus albacares) y un Pargo (Lutjanus cyanopterus), este fue el momento más emocionante de la pesca ya que era un pez muy grande con mucha fuerza, si no fuera por la paciencia y la experiencia de Jairo habríamos perdido la línea. En la noche disfrutamos de un Tiradito con la pesca del día (deliciosa receta que es la especialidad de Bernardo)







Al día siguiente fuimos con otros huéspedes franceses a una playa a media hora de navegación, Alejo hizo pesca de roca y yo me sumergí para hacer Snorkeling, las frías corrientes me acompañan durante una hora de inmersión, el paisaje marino es muy colorido y rocoso, en mi recorrido pude ver variados peces loro (Cetoscarus bicolor, Chlorurus bleekeri, Scarus ghobban, Scarus oviceps, Scarus prasiognathos, Scarus taeniopterus, Scarus vetula) peces cirujano (Paracanthurus hepatus) y cardúmenes coloridos de pequeños peces que no pude identificar, entre ellos uno mediano azul, como un globo azul con puntos blancos. En las piedras se ocultaban pequeños peces con crestas parecidos a una Cherna. Espero para la próxima tener cámara acuática para compartirles las imágenes. Un pequeño pez amarillo intenso con líneas amarillas me acompañó gran parte del recorrido.



De regreso a Cebaco Sunrise salimos a caminar por la playa, de las rocas en la orilla surge agua dulce, así el paisaje selvático se une con el mar, vemos el atardecer reflejado en el mar rodeados disfrutando de la brisa un vino y un ron. Para la cena Bernardo nos sorprende con unas deliciosas colitas de langosta la despedida perfecta para esta paradisíaca aventura.  



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